Nos gustan las historias. Tanto que no solo las leemos, también nos las imaginamos, las vivimos y las escribimos. Porque hay cosas que solo se sienten si se escriben. Bienvenidos a los contadores de historias

jueves, 12 de febrero de 2015

El enemigo de la sangre.


Gerard distinguió entre las sombras de la noche la silueta de su compañero. Atravesó corriendo la calle empedrada y fue a reunirse con él.
-Harris, vine lo más rápido que pude
-Bien, tenemos una misión que cumplir. En este cementerio se oculta la cripta donde mora un vampiro.

-Pero, ¿porqué vamos a ir ahora de noche? Siempre lo hacemos por el día .
-Hoy va a ser la excepción. Este cementerio es muy concurrido por el día. No quiero arriesgarme. Los dos siguieron caminando. Cerca de donde estaban una árbol había crecido desmesuradamente.
-Vamos a trepar por aquí, será más fácil- indicó Harris
-Viene un carruaje- alertó su compañero
Mientras el carruaje se aproximaban fingieron conversar animadamente, como dos conocidos que se habían encontrado de forma casual. Cuando pasó por su lado les miraron de reojo, y pronto el carruaje se perdió entre las sombras y fueron de nuevo al árbol y comenzaron a subir.
-¡Gerard! Apúrate y salta de una vez-dijo su compañero frunciendo el ceño- se hace de día
La noche estaba clara y Gerard parecía asustado.
-Te notó extraño Harris, ¿te pasa algo?
-Nada que tú puedas entender

Atravesaron hileras, criptas, tumbas... Una lechuza los seguía con su atenta mirada. Al fin llegaron a su destino; una cripta sucia y que parecía que nadie había entrado en siglos.
-Es aquí, Gerard vamos a entrar-Harris sacó un pequeño farol.
-Lo más probable es que el vampiro se haya ido, ¿no crees?

-Creí que el experto era yo- dijo él en tono sarcástico
Al encender el farol se iluminó una escalera y comenzaron a descender por ella, Gerard empuñando ya una estaca. Éste se hizo una leve herida bajando, haciéndose un pequeño corte y su amigo parecía muy nervioso y no podía dejar de mirar la sangre.
-Deja las armas y ayúdame a mover la tapa de este ataúd-indicó Harris
-No voy a dejar mis armas. Tú ya no puedes darme órdenes-objetó Gerard
-¿Y por qué?
-Porque ahora eres un vampiro y me has tendido una trampa
Harris soltó una risa estridente, echó la cabeza hacia atrás y al volverla, se había transformado en el vampiro más horrible que Gerard hubiera visto jamás.
-Gerard-dijo el vampiro con voz espeluznante-puedo oler tu sangre a km de distancia.
Gerard trató de contener la calma. Los dos se enfrentaron en una batalla épica, de la que Gerard salió victorioso consiguiendo clavarle la estaca en el corazón. Al volver al pueblo todos aclamaron al chico y este entre lágrimas dijo:
-No cantéis victoria todavía, aún nos queda el vampiro más espantoso, el que ha transformado en esa criatura a Harris. Todo esto por culpa de la sangre. 



Elena Palacín. 3° ESO.B

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