UN LIBRO VIEJO Y USADO
Por la mañana temprano,
Lucía bajó a la cocina, se acababa de
levantar y tenía un hambre de lobo.
La noche anterior no había
cenado, porque estaba inmersa en la lectura de un libro que le había regalado
su abuela.” El Principito” era el título de libro, "qué rollo" había pensado, cuando su abuela puso en sus
manos aquel gastado libro.
-
Tus tíos y tu madre lo leyeron cuando tenían tu edad
–le dijo su abuela.
-
¡Abuela, este libro debe ser de la época de los
dinosaurios ¡ -exclamó Lucia.
-
Los libros nunca se hacen viejos, porque siempre tienen
historias que contar.
Lucia miró y remiró aquel libro,
le pareció viejo y usado y además en la portada teniía un dibujo muy infantil un
pequeño príncipe ridículamente vestido, seguro que era para niños pequeños ,
su abuela no se daba cuenta que ella ya era mayor.
Aun así, se sentó en el viejo sillón, que había
sido el favorito de su abuelo y no pudo dejar de leer en toda la tarde.
Cuando llegaron a casa, subió a
su habitación y siguió leyendo olvidándose incluso de cenar.
¡Que divertido debía ser vivir en un asteroide y poder viajar por
el espacio! Aunque también triste porque solo tenía una flor muy egoísta como
amiga.
Pensó en sus amigos y en lo bien
que lo pasaba con ellos, en los juegos y risas
que compartían y en lo triste que seria no tenerlos. Se sumergió en un
viaje a través de asteroides, personajes pintorescos, el rey, el farolero, el
aviador …. y sin darse cuenta llegó a la última página .
"Qué razón tenia la abuela", pensó. Nunca debes juzgar un libro por su portada, ni por su aspecto.
“Lo mismo debes hacer con las personas,
espera a conocerlas, seguro que te sorprenderán”
Lola Millán
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