¡DESÉALO CON TODAS TUS FUERZAS!
Érase una vez, una niña, que tenía mucho miedo a las alturas, pero
siempre soñaba con ser astronauta. La niña se llamaba Cristina. Cada vez
que iba a alguna excursión o a algún viaje... Y tenía que montar o en
avión o en barco, empezaba a gritar como una loca y le entraba el
pánico.
Sus amigos siempre se reían de ella cuando se ponía así. Y siempre le decían:
- Cristina, ¡cómo vas a ser astronauta si hasta si hasta tienes miedo de subir en la noria!
A Cristina, nunca le hacían gracia los comentarios de sus amigos y un día les gritó:
- ¡Dejadme ya en paz! ¡Puedo ser lo que yo quiera! ¡Y puedo volar al espacio si yo quiero!
Sus amigos se rieron de ella, y Cristina ya harta se fue a su casa
corriendo y seguidamente llamó a su amiga Ana, que era la única que le
apoyaba con lo de ser astronauta.
En cuanto se puso al teléfono, Cristina le empezó a contar lo que había pasado:
- Ana, es que hoy hemos tenido que ir de excursión y ¡hemos ido en
barco! y como siempre, ¡me ha entrado el pánico! Y como me ha entrado el
pánico, ¡mis amigos se han puesto ha reírse de mí! ¡y ya estoy harta!
¡Y es que...!
- Vale, vale ¡tranquila Cristina! Primero tranquilízate. Tú, no les
hagas caso... Piensa en que vas a ser una gran astronauta y volarás por
el espacio. Pero... Intenta quitarte tu miedo a las alturas...
- ¡Como si fuera tan fácil!
- Tranquila, yo te ayudaré. Bueno, solo sé positiva y desea con todas tus fuerzas ser astronauta.
- Bueno... Lo intentaré....
- Para eso tienes que ser positiva y te repito ¡deséalo con todas tus fuerzas!
- Sí, ya lo sé. ¡Bueno adiós Ana! Gracias por tu consejo. ¡Hasta mañana!
- ¡Adiós!
Cristina colgó el teléfono y se puso sobre la cama boca arriba mirando
el techo e imaginándose que volaba por el espacio mirando las estrellas y
los planetas y de repente un grito interrumpió su sueño:
- ¡Cristina! Llevo aquí llamándote ya un buen rato... ¡siempre estás en las nubes!
- ¿Que pasa mamá? ¡Estaba imaginándome en el espacio...!
- ¡Qué pesada eres con lo del espacio! ¡Venga, vete a cenar ya de una vez y luego a la cama!
-Vale...
Cuando ya se fue a la cama Cristina no paraba de pensar en la frase de
su amiga Ana. “Deséalo con todas tus fuerzas” Se estuvo repitiendo esa
frase una y otra vez. Todas las noches se imaginaba que estaba en el
espacio y todos los días hacía cosas con su amiga para intentar superar
su miedo a las alturas. A pesar de las dificultades, y de las burlas de
sus amigos esforzándose al máximo, consiguió ir superando su miedo poco a
poco. Pasó el tiempo y ya con veinte años de edad estaba a tan solo un
paso de ir al espacio. Ya hacía 11 años que seguía pensando en la frase
“deséalo con todas tus fuerzas” y ya entrando en la nave espacial se
dijo una última vez:
- ¡Deséalo con todas tus fuerzas!
Marta Larrosa. 1º. ESO.B
Me ha gustado mucho esta historia
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