Nos gustan las historias. Tanto que no solo las leemos, también nos las imaginamos, las vivimos y las escribimos. Porque hay cosas que solo se sienten si se escriben. Bienvenidos a los contadores de historias

domingo, 30 de noviembre de 2014

Cartas desde mi celda. Homenaje a Bécquer


A mis queridos Manuela y Julio. 3 de enero de 1864.
Os escribo por ser vosotros mis más sinceros y mejores confidentes, quién si n, mi madrina y mi mejor amigo. Básicamente, os quería informar de la vida que lleve, y tranquilizaros al deciros que estoy mejor.
Como sabéis, llevo seis años sufriendo de tuberculosis, enfermedad de la cual he sufrido una pequeña (por llamarla de alguna manera) recaída, razón por la cual hace menos de un año fui trasladado, junto a mi hermano, al Monasterio de Veruela, en Zaragoza. Aunque sigo pensando que esta enfermedad casi crónica me matará algún día, habéis de saber que estoy mucho mejor, gracias a estos milagrosos aires del Moncayo.
Valeriano, (a quien cedí en que viniera por su enorme insistencia), se halla muy bien, aunque algo distante conmigo.
No os podéis imaginar cuánto os echo de menos; no obstante, los frailes son muy simpáticos conmigo y este retiro me viene como agua de mayo.
Esta naturaleza es tan bella a la par que indescriptible...El maestro Antonio estaría aquí como pez en el agua pintándola. Ahora mismo os escribo desde mi habitación, y, por la ventana puedo contemplar que todo el campo y toda montaña están cubiertos por un manto blanco y precioso de nieve.
Os deseo lo mejor a todos, aunque no quiero volver al ajetreo de la ciudad.
Con recuerdos, Gustavo

Carlos Santolaria. 4° ESO.A

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