Nos gustan las historias. Tanto que no solo las leemos, también nos las imaginamos, las vivimos y las escribimos. Porque hay cosas que solo se sienten si se escriben. Bienvenidos a los contadores de historias

martes, 20 de enero de 2015

RECUERDOS BLANCOS

Se acercaba la Navidad en Shugardch, un año más las calles se llenarían de luces, árboles navideños. Y en las casas los típicos calcetines en la chimenea. Y como es habitual una gran nevada que pintaría las calles de blanco. Además, la venida más larga y famosa de la ciudad se decorAba con carteles de “Feliz Navidad”. La venida se llamaba Brookling. Estaba repleta de comercios de todo tipo: jugueterías (que en esta época se llenaban de padres), supermercados, fruterías, panaderías y muchas más. Derek, nuestro personaje, solía pasar por ahí casi todos los días. Derek era un chico joven, alto y muy carismático que estudiaba en la universidad de Clonbor. Vivía con su tía ya que sus padres murieron, alejados del centro en una calle muy larga y extensa llena de casas de dos pisos con un pequeño patio en la parte de delante y unas escaleras de madera con tres escalones que daban a un pequeño parque. Derek tenía los exámenes finales para determinar su nota final de este primer trimestre y casi no salía de su habitación. Una noche Derek volvía de hacer footing, ya que había conseguido sacar algo de tiempo libre. Eran las 26:30 h. aproximadamente y ya era completamente de noche. Se dirigía a su casa cuando por uno de los callejones que daban a la calle principal, salió corriendo un hombre con una chaqueta de cuero y unos vaqueros desgarrados. Cogió a Derek por la sudadera y le dijo: -­‐ ¡¡Sal de aquí chico, vete, vete!! Derek pudo observar que ese hombre llevaba la cara ensangrentada. El hombre se fue corriendo y Derek un poco confuso, entró en el callejón a ver qué pasaba. Al entrar se dio cuenta de que había una luz blanca, se dirigió hacia ella y notó una extraña sensación, sintió frío y cómo el ‘callejón’ cambiaba. Al cabo de unos segundos veía todo blanco y a unos metros un árbol completamente nevado. Derek se quedó asombrado, ¿cómo podía caber un árbol tan grande y una llanura tan extensa en un simple callejón? Derek no sabía si explorar ese territorio o volver a casa ya que era tarde. Decidió volver a casa, se duchó y se cambió. Se puso ropa de nieve. Al bajar, su tía le preguntó a dónde iba y Derek respondió: -­‐ Lo siento tía, hoy no estaré para cenar. Y su tía respondió: -­‐ Por qué Derek? ¿Estás bien? -­‐ No nada, sólo que tengo que ir con un amigo: -­‐ Bueno, está bien, pero no vuelvas tarde.
Derek marchó hacia aquel callejón pero antes pasó por la casa de su amigo Dwayne. Este era su amigo casi desde preescolar. A él no le gustaba estudiar aunque Derek intentó varias veces convencerle pero aún así Dwayne dejó los estudios después de completar la ESO y se dedicó a lo que más le gustaba, el boxeo. Llegó a pelear por el título nacional años más adelante. Pero en ese tiempo tan sólo ganaba lo justo para vivir con sus padres. Derek lo llamó por su móvil y quedaron en aquel callejón tan extraño. Al final llegaron al callejón y sólo vieron que era un sueño porque Derek se cayó y despertó. ALEJANDRO SANZ 2o ESO B

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